
Brown hizo el anuncio luego de reunirse con al-Maliki en la primera parte de la visita, que comprende también un encuentro con el principal comandante estadounidense David Petraeus antes de viajar a Basora para visitar a las fuerzas británicas en esa región petrolera en el extremo sur de Irak.
"Estamos preparados para asumir la seguridad de Basora dentro de dos meses y lo haremos", aseguró al-Maliki a periodistas luego de la reunión en sus oficinas de la fortificada Zona Verde. "Basora será una de las provincias en que las fuerzas iraquíes se hagan cargo completamente de las operaciones de la seguridad", indicó sobre la misión que ahora realiza el contingente británico.
Gran Bretaña tiene unos 5.500 soldados, establecidos principalmente en una base aérea en la periferia de Basora, la segunda ciudad más grande de Irak y ubicada a 550 kilómetros (340 millas) al sureste de Bagdad.
Brown ratificó los planes de al-Maliki y dijo que "mientras pasamos a la vigilancia, podemos reducir a 4.500 (soldados)". El primer ministro visitante hizo las declaraciones en la Zona Verde, en la residencia del principal comandante británico en Irak, general Bill Rollo.
El primer ministro indicó que, si se toma otra decisión sobre nuevos retiros de soldados británicos, será hasta el año próximo.
Las fuerzas británicas abandonaron el mes pasado su última base en el centro de Basora, mientras entre la población de Gran Bretaña aumentaban los llamados para reducir el contingente.
Karim al-Miahi, director del comité de seguridad de Basora y miembro del consejo provincial, consideró que la situación se ha deteriorado en las tres últimas semanas y que la salida británica tendría un efecto negativo en la ciudad.
El anuncio de Brown fue hecho un día después que varios informes mostraron una reducción de las muertes por la violencia en Irak e insinuaron que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos avanzan en el esfuerzo de contener a las facciones extremistas.
El martes, diez personas murieron en cuatro ataques diferentes en Irak. Un coche-bomba detonado por un atacante suicida en un retén policial cerca de Khalis, 80 kilómetros (50 millas) al norte de Bagdad, mató a seis personas e hirió a 10.
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